Los números de 2012

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2012 de este blog.

Aquí hay un extracto:

600 personas llegaron a la cima del monte Everest in 2012. Este blog tiene 3.000 visitas en 2012. Si cada persona que ha llegado a la cima del monte Everest visitara este blog, se habría tardado 5 años en obtener esas visitas.

Haz click para ver el reporte completo.

La innovación en el retail

Como ha quedado patente en este blog desde que empecé a escribirlo, soy un apasionado de la gestión y el encaje de las personas en las organizaciones y soy un apasionado de la industria del retail, en particular de las marcas que comercializan moda, lujo, complementos, cosmética.

En el primero de los mundos lleva ya casi 12 años y en el segundo camino de 5 y en este tiempo he aprendido mucho y he visto (y me han contado los mayores) como se desarrollaba esta industria a velocidad de vértigo  Desde una primera edad de oro en los ’80 con figuras patrias de la talla de Pepe Barroso y su marca «Don Algodón» y otras como «Privata» a los ’00 con la consolidación de Inditex o el despegue de Mango o Desigual, la industria del «comercio minorista» en España ha cambiado mucho.

En todo este tiempo en retail he visto pasar de una concepción menos profesionalizada del negocio (directivos que venían de otras industrias, equipos de ventas totalmente formados en tiendas, etc) a la proliferación de escuelas de negocio y universidades que

La innovación, en nuestras manos.
La innovación, en nuestras manos.

ofrecen estudios de gestión de empresas en este ámbito, de diseño y patronaje, de marca y marketing, etc. Está claro que el negocio del retail (a pesar la crisis que lo mantiene en números rojos) es un sector muy vivo en este país, lo cual no es de extrañar dada la tradición y el presente de grandes marcas y diseñadores.

Ahora que cada vez más esta nuestra industria está gestionada por mejores profesionales empiezo a echar en falta una mayor innovación, la asunción de mayores riesgos a la hora de organizar y dirigirlas desde los más altos sillones. Por supuesto, decir esto es decir una generalidad, ya que hay marcas en retail con dinámicas de gestión muy modernas y evolucionadas, pero mi sensación general en mi día a día con muchas marcas es que aún queda mucho camino por recorrer. Sigo viendo y oyendo demasiada gestión «de la vieja escuela» de la del «patrón hecho así mismo» y no, no mencionare nombres.

Como mínimo habría que dar una serie de pasos para seguir avanzando y modernizar estas organizaciones:

  1. Dar entrada a la tecnología: No son pocas las compañías en las que aún puedes ver equipos viejos, reutilizados, lentas conexiones a Internet, wifi restringida, blackberries de hace años… ¿De verdad son esas condiciones de trabajar en 2013? Además, sin acceso a la tecnología difícilmente puedes dar paso al punto 2.
  2. Dar entrada a nuevas formas de gestionar el conocimiento: La industria tecnológica o la farmacéutica siempre se han caracterizado por usar las más modernas e innovadoras técnicas de gestionar no solo el conocimiento sino cada faceta de sus organizaciones ¿Porque la industria del retail no puede hacer lo mismo? Redes corporativas, blogs corporativas y demás herramientas son perfectamente utilizables en oficinas y adaptables para su uso en los puntos de venta.
  3. Dar entrada a nuevas formas de gestionar las personas: En una industria donde lo más importante son las personas (el cliente) y donde como en todas las industrias, las personas hacen la diferencia es insostenible que la gestión de personas no sea crítica desde el punto de visto estratégico. Desde la búsqueda de los mejores hasta su formación, su desarrollo, su orgullo de pertenencia, su retribución, el reconocimiento a su trabajo, etc. no es posible que no este altamente especializado y desarrollado. Y lo digo porque me consta que hay muchas organizaciones que por no tener no tienen un plan de formación básico ¿Y así pretenden vender mucho? ¿Con equipos poco formados, nada motivados y con un portátil que casi ni arranca? Complicado.
  4. Dar entrada a nuevas formas de gestionar las organizaciones: Atendiendo a la entrada de innovación explicada antes, será necesario dotar a la organización de mayor flexibilidad, de hacerla más «liquida«, de gestionar a los equipos por objetivos, de darles un empowerment real y no de boquilla, de crear nuevas posiciones acordes con los tiempos, desde gestores de contenido online (la importancia de la tienda online y los canales 2.0 para comunicar con los consumidores) hasta especialistas en la gestión de personas en su vertiente digital (¿acaso no es gran parte de nuestro yo, un yo digital?), de dar entrada a coaches para que apoye y ayude a la gestión de los equipos que es la salsa del retail, en definitiva es la hora de…
  5. Y por supuesto, dar entrada a nuevas formas de pensar y hacer: Condición sine que non para poder hacer algo de todo lo anterior es tener el ánimo y la intención de querer hacer algo distinto, nuevo, innovador. Porque solo el que se arriesga gana, solo el que innova avanza, solo el que se distingue vende más.

No hay nada que perder dada la actual situación; el futuro ya está aquí y ha venido para  romper viejas ataduras, apostar por lo nuevo y dar paso a un nuevo paradigma, el del conocimiento y esto es así también para los profesionales del retail, nosotros, los retailers.

1 año sin Steve Jobs meets Leonard Cohen

Hace ya algunos viernes tuve un día bastante cargado de emoción, hasta el punto que motivo éste post que no tenía preparado y surge de forma totalmente espontánea.

En primer lugar se cumplía un año desde la muerte del ex-CEO de Apple y en ese sentido se dejaron escuchar las redes, incluyendo un emocionante video en su web, vídeo que demuestra como su comunicación de marca sigue estando al nivel del diseño de sus productos (¡y sus tiendas!), siendo los mejores del mundo.

La leyenda hecha a si misma

No seré yo quien descubra al gran Steve Jobs, sobre el que han escrito páginas y páginas personas mucho más autorizadas e informadas que yo. No. Sólo quiero hacerle mi pequeño homenaje y reconocerle diciendo que es un personaje que trascenderá su tiempo (su leyendo sólo ha hecho que comenzar) gracias a su innegable carisma y capacidad de gestión, pero también por sus productos. Muchas veces hablo con personas sobre el fanatismo de los usuarios de Apple (incluido mi buen amigo Antonio Domingo, que me «vacila» bastante con el tema) pero la realidad es esta: sus productos me han conquistado no sólo por diseño, usabilidad, etc. sino por que me hacen sentir especial. Y cuando digo especial me refiero a que, desde que mi padre me compro mi primer ordenador -un Commodore Amiga 500– en el año 87, no me había sentido igual de ilusionado, emocionado y tocado por dentro por una máquina.

20 años de grises máquinas clonicas con su gris sistema operativo han sido muchos años. No estuvo demasiado mal sobre todo por el hecho de poder abrirlos y descuartizarlos y volverlos a montar como si fueran Legos, pero al final, uno acaba cansado de ver lo mismo todos los días, especialmente cuando ese algo es mediocre.

Más tarde ese mismo día pude finalmente ir a ver a uno de los grandes iconos de la historia de la música moderna, Leonard Cohen. El concierto cumplió todas mis expectativas en lo musical, con un Palacio de Deportes absolutamente abarrotada y entregado, un repertorio de canciones espectacular y un Leonard Cohen con muchas más facultades de las que yo esperaba encontrarme en un hombre con cerca de 80 años tan vividos.

De las cosas que más me marcaron de aquella noche fue su voz. No por su gravedad por todo el mundo ya conocida, o por el tono de sus canciones. Me marco la autenticidad y la sinceridad de la misma. La absoluta convicción y fuerza con las que las palabras salían de su boca. Todo un derroche de autoridad de alguien que, supongo que consciente de tener casi todo el camino ya recorrido, se sabe tranquilo y ganador.

Y en ese punto es donde ambos personajes del dia, Jobs y Cohen, se cruzaron para mi, en mi cabeza y en mi corazón. En sus discursos y formas de vida, autenticos, sinceros, a veces erróneos, pero siempre con la fuerza y la convicción que da el querer saber donde y como quiere uno ir. En vidas ya terminadas o cercanas a, en las que queda demostrado que si por algo destacaron es por haber perseguido y luchado por lo que querían conseguir. ¿Mente o voz privilegiada? Puede, pero con eso solo no se llega muy lejos, y ellos lo hicieron.

En eso, en una carrera profesional y personal propia, con estilo, rigurosa y sacrificada que nos lleve al éxito estoy convencido que todos podemos ser como ellos.

Experiencias vs. Competencias

Hace unos meses en una entrevista de trabajo con un consultor de una consultora de selección (valga la redundancia) de cuyo nombre prefiero no acordarme, me preguntaba si había tenido experiencia previa en el desempeño de una serie de tareas como contenido de una posición determinada para una gran compañía del sector del retail.

Ante la negativa de mis respuestas a la mayoría de sus preguntas en esas tareas tan específicas, aunque no obtuve la respuesta de una manera directa (otro gran «vicio» de los profesionales de recursos humanos) quede fuera de dicho proceso de selección.

Esto, que puede parecer de perogrullo, no lo es tanto. Yo, como profesional de recursos humanos, sé que aunque una persona no haya desempeñado exactamente esas tareas (cosa al 100% imposible, puesto que no hay dos empresas iguales) pero tiene las aptitudes, actitudes y conocimientos (esto es, las competencias) suficientes para ello está en condiciones de desempeñar un óptimo desempeño de la posición. Más aún, en mi experiencia particular si hay posiciones previas ocupadas muy similares, a lo mejor no tan específicas, pero si lo suficientemente similares para considerarlas indicadoras de mi valía para esa posición en particular.

¿Eres tú a quien busco?

Y, abundando en el tema, existen entrevistas por competencias para exactamente eso: validar la tenencia o no de dichas competencias y en qué medida la persona se adapta a la posición.

Esta anécdota, ya pasada, denota una más de las numerosas malas prácticas que aún siguen perviviendo en este apasionante área. Sé que el causante de esta situación no era el consultor de turno, si no evidentemente su «malvado» cliente, el director de recursos humanos que quería un profesional que sí y solo sí hubiese desempeñado dicha función previamente ¡craso error! ¿No sabía acaso que de esta manera dejaba fuera un rango probablemente alto de profesionales que hubiesen resultado válidos para la búsqueda?

Si, ya sé que no pocas veces la experiencia es requisito si ne qua non para determinadas posiciones, ya sea por la especifidad del entorno, del sector, alguna dificultad particular o simplemente por el alto salario que están dispuestos a pagar, pero otras veces es el puro conformismo o simplemente vagueria la que nos lleva a tomar este tipo de decisiones de buscar al candidato con el «retrato robot».

Lo ideal, como casi todo, estará en un mix de ambas cosas, de las experiencias y de las competencias, con una horquilla entre ambas que nos permita acertar con el perfil y tener éxito en nuestra búsqueda.

Se «Indomable»

Ya me encuentro regresado del periodo estival con las pilas bien cargadas para afrontar un otoño lleno seguro de novedades y sorpresas.

Como estamos todos recién vueltos de las vacaciones nada mejor que un tema ligerito para que no se nos haga mucho bola.

Tengo que confesar que soy muy fan de las películas de Disney, desde que era muy pequeño; Supongo que al igual que muchos niños mis padres me atiborraron a películas, y ahora que ya no soy tan niño sigo sintiendo debilidad por ellas, tanto que no me pierdo ni una. Es por ello que la semana pasada fui al cine a ver la última obra de arte de DisneyPixar «Brave» o como la han traducido en España «Indomable» titulo que se no se ajusta tan bien a la pelicula a mi parecer.

Se "indomable"
La protagonista

En ella, la princesa Mérida se resiste a seguir el camino preestablecido para ella como princesa de la linea sucesora en el clan que reina en tierras escocesas.

Decir que, para ser un producto Disney con todo lo que eso significa (cargado a veces un poco de una moralina tan del gusto americano) particularmente me agrada que en estas historias de dibujos se transmita a los niños mensajes como el que esta pelicula tiene tan claro: que no todo esta decidido, que cada uno hace su propio camino, que cada cuál es libre de que le guste determinadas cosas o sea mejor para una cosa que para otra, en resumen, que todos seamos y/o tengamos talentos innatos para diversas cosas sin importar de donde venimos o a donde se supone que tenemos que ir.

Yo, que en estos últimos meses estoy viviendo una transformación profesional y personal, me he sentido muy identificado con la princesa Mérida. Creo profundamente en el mensaje de que aunque yo haya nacido para ser princesa si lo que me gusta y para lo que tengo talento es para las personas es a lo que me voy a dedicar, pase lo que pase, sin importarme crisis, déspotas, ineptos o demás variables que puedan ir surgiendo por el camino.

Tal y como reflexiona Mérida en la última escena de la película:

«Some say fate is beyond our command, but I know better. Our destiny is within us. You just have to be brave enough to see it.»

Esa es la actitud.

Thinking Party o la reinvención

Cuando hace unas semanas acudí al evento de Thinking Party no pensaba que me iba a impresionar tanto, así que vayan por delante mis mayores enhorabuenas al equipo que lo llevó a cabo.

Lo que pude ver allí no fueron ponencias de gurus mundiales, no fue la presentación de lo último en herramientas de selección 2.0, no fueron las últimas tendencias en programas de comunicación interna o desarrollo, si no simple y llanamente las 12 historias de 12 personas normales como tú o como yo que se han reinventado, que cambiaron de vida, que mutaron de una piel a otra obligados por sus circunstancias o porque simplemente no se sentían cómodos o felices con lo que hacían. Como dijo el GRAN Mario Alonso Puig (cuya ponencia fue auténticamente espectacular) «reinventarse es aflorar en ti tu mayor potencial».

La heroicidad de la reinvención

Como decía, las ponencias no fueron técnicamente espectaculares, pero si fueron de una emotividad sobrenatural, con momentos de piel de gallina, realmente inspiradores y llenos de energía positiva, maná tan necesario en momentos tan crudos como los que vivimos. Desde luego, yo me fui con las pilas bien cargadas de ver y escuchar gente que había tenido los arrestos, que había sabido encontrar el momento y la forma de materializar sus sueños.

Lo más inspirador de estas personas era la aplastante autoridad en su forma de hablar y en su discurso, movidos por la fuerza de la certeza al saber que ellos si fueron capaces de sobreponerse a gafes, a ladrones de energía, a noticiarios y contra todo pronostico y advertencia fueron capaces de encontrar el momento, el lugar, la idea y el capital para poner en marcha su sueño, viniendo desde un lugar radicalmente distinto.

Pienso que necesitamos mas héroes de lo cotidiano como ellos y los necesitamos con un paso al frente, con mucha visibilidad. Deberían ser portada de periódicos, de telediarios, deberían impartir charlas en la universidad y en otros centros de estudios, y deberían ser recibidos y despedidos con aplausos en pie. Sus historias son las que nos deberían contar e inspirar, son personas con el valor, la imaginación y la determinación como estas las que deberían dirigir nuestras empresas, nuestros sindicatos y partidos políticos. Ejemplos de trabajo duro, de esfuerzo, de conocer la derrota pues solo así se aprecia como es debido la victoria y el éxito. Gente que inspira a otras (como me hicieron a mi), ejemplos en los que mirarse, casos de estudio en las aulas.

Si ya empezaba a tener claro el camino a seguir, esta gente me lo ha aclarado mas. Si estoy aprendiendo mucho en estos meses es gracias a personas como estas. Si ya me parecía posible reinventarme profesionalmente y aún personalmente ahora lo he visto, es posible.

Sólo puedo recomendar encarecidamente el visionado de las diversas ponencias que podéis ver aquí.

Los líderes muchas veces son personas hechas a si mismas, que vieron el camino a seguir y si este no estaba hecho lo abrieron ellos mismos a golpe de esfuerzo, de coraje, de fe.

Hoy más que nunca, necesitamos todos convertirnos en héroes cotidianos. Empieza a escribir tu historia y se un superhéroe.

Los TweetEgos

Aunque mi ánimo con este blog es tratar sobre asuntos relacionados con los «recursos humanos» (término que por otra parte, no me gusta) en cualquiera de sus múltiples facetas o aplicaciones o usos, etc. hoy me gustaría permitirme una licencia y hacer una breve reflexión sobre algo que vengo observando en estos últimos tiempos donde estoy pudiendo leer y seguir y conocer a tantos y tantos profesionales de tantas especialidades y sectores distintos con presencia en el mundo 2.0 como elemento común.

Este asunto no es otro que lo que podríamos llamar el «TweetEgo«, palabro surgido de la combinación bastarda de las palabras Tweeter y Ego, aunque también hubiesen valido «BlogEgo» o «LinkedEgo». Hago referencia a estos dos términos porque a menudo van ligados entre si, en algunos casos demasiado. De la relación entre ambas cuestiones y a base de observar a algunos individuos he llegado a un par de conclusiones, íntimamente relacionadas una a la otra:

¡Pero que grande es este tío! o.. ¡Pero que está diciendo!

Lo primero que observo es que la subida del numero de followers en el blog o en la cuenta de twitter es directamente proporcional a la subida del ego. Esto es algo que encuadro en la mas absoluta de las normalidades, ya que todos tenemos nuestro ego, nada malo por otra parte. ¿A quien no le agrada que le escuchen, le respeten o le sigan?

Ahora bien, no pocas veces me sorprendo al descubrir una segunda regla en relación a la primera: sucede que a veces, con algunas personas, la valía de la obra y el trabajo de esa persona es inversamente proporcional al vértigo que sufren en las alturas, es decir que a mayor y más importante la obra del autor (y por tanto mas importante su valía como profesional y mayor mi admiración) menor es su ego (lo cual les convierte en personas mas humildes y accesibles) y viceversa.

Es por ello por lo que muchas veces me descubro pensando sobre el personaje que tengo enfrente de forma real o virtual, reflexionando sobre la maravilla de la altura de sus reflexiones y la cercanía de su persona (a pesar de los miles de followers y lo gurú que esa persona supuestamente es) o bien que no está a la altura profesional de la fama que le precede o le acompaña (a pesar otra vez de los miles de seguidores).

Por favor, todos los trolls que estén pensando en crucificarme por la ligereza del argumento, abstenganse. Soy consciente de lo dicho y por ello hay que tomarlo como es: un pensamiento estival sin base científica que a veces se aplica y otras no. En general, y por ello continuo en el mundo 2.0, estoy contento y satisfecho de las personas que conozco, leo, escucho, etc. por estos parajes, porque me aportan más que lo que me restan las otras.

Así que quizás, y a la vista de la reflexión resultante, acabo descubriendo que el articulo si que estaba ligado al mundo de los recursos humanos, teniendo en cuenta que para mi la humildad es uno de los rasgos incuestionables de un autentico líder.

Portales de empleo, redes sociales y otras especies

Esta reflexión viene al caso de que la semana pasada pude asistir a otra de las muchas ponencias/desayunos/jornadas/congresos que se producen en Madrid en los últimos tiempos en torno al mundo 2.0, en este caso en la parcela que afecta a recursos humanos, en reclutamiento y selección para ser mas concretos siendo uno de los participantes el portal Monster y otro de ellos la Compañía Ferrovial, con su responsable de selección y desarrollo Javier Remón al frente, al que tengo que destacar como un comunicador top.

Se hablaba allí, con sus cifras mediante, de como las redes sociales, los móviles y demás tecnología habitual del entorno 2.0 está afectando y transformando la forma en que las organizaciones buscan el talento que necesitan.

Las conclusiones a las que se llegaban eran que, con un crecimiento brutalmente exponencial, con millones y millones de personas conectadas a Internet, con una cada vez mayor presencia de las personas en redes sociales, con cada vez más perfiles en cada vez mas redes (¿Que no es social ya en Internet?) y con la pujanza del móvil como instrumento definitivo de comunicación a todos los niveles en el siglo XXI, siguiendo la acertada premisa que se dijo un par de veces de «hay que ir a pescar donde están los peces», todo parece indicarnos que hay que ir a buscar candidatos a las redes sociales.

Pues bien, esta afirmación, por obvia que pueda resultar, se encuentra todavía en un estadío muy primitivo, tanto que aun no resulta todo lo eficaz que las cifras se empeñan en demostrar, ni para candidatos ni para reclutadores. Aunque muchas personas abogan por el uso de redes sociales en Internet como el futuro (¿Presente?) por la cantidad de ventajas que incorporan en las que yo mismo veo y creo (inmediatez, relación coste-resultado, relación tiempo-resultado, etc.) cuando nos bajamos del plano teórico al plano terrenal, el del día a día, descubro que como mucho en doscerolandia (lo siento Andres, me encanta el palabro) es algo que aún esta lejano, suena raro, con mucha gente que apenas ni sabe lo que es, resulta en fin, una realidad todavía lejana del presente de muchas personas, especialmente de aquellas que frecuentan las altas esferas de las organizaciones.

Buscando llegar a buen puerto en las redes sociales

Sirva a modo de ejemplo la charla que mantuve hace poco con una persona que conocí en un evento que me contaba que había conseguido una posición importante en una gran compañía del sector de moda mundial. Pobre de mi, infeliz creyente acérrimo del 2.0, le pregunte si había sido a través de LinkedIn, pues tamaña posición no era para menos. «No» fue su lacónica respuesta. «¿Has descubierto  la vacante a través de Twitter, lo que te ha llevado a la pagina de la compañía y ahí has contactado a alguien?». «No» «¿Un headhunter ha leído tu blog y le ha gustado tu prosa y te ha ofrecido la posición?» «N0» ¿…? «Entonces, ¿Me puedes explicar por favor como lo hiciste?» «Vi el anuncio en Infojobs, aplique junto con otros cientos y bueno, me llamaron, me entrevistaron y conseguí el puesto». Evidentemente, mi cara debió ser un poema. Mi gozo en un pozo: tanto 2.0, tanto congreso, tanto feliz teórico ¿y es así como finalmente las organizaciones (incluso las grandes) reclutan en España?

Sucede que, aún siendo cada vez mas los convencidos de las bondades de las nuevas tecnologías y por mas que las estadísticas digan que cada vez mas los reclutadores usan redes sociales para la búsqueda de candidatos, en el tejido empresarial español lo que aun pita es el Infojobs de toda la vida, y digo Infojobs como digo Infoempleo o Monster. Ya sea debido a motivos como el precio, el desconocimiento o la falta de profesionales preparados para ello en las organizaciones, en el día a día, entre la charla del café, la crisis y la Eurocopa, cuando los técnicos de selección se sientan delante del ordenador a buscar personas para la organización lo hacen en un porcentaje muy alto usando los mismos medios de hace 10 años, mayormente por mandato directo y expreso de sus responsables (Salvo honrosas excepciones, como es el caso del mencionado Javier Remón).

Diría que nos encontramos en una realidad segmentada en 3 grandes planos de reclutamiento, de punto de encuentro donde compañías y candidatos en búsqueda se cruzan.

  1. En el primer nivel los antiguos portales de empleo, los de toda la vida: Infojobs, Infoempleo, Monster, Laboris, Career Builder, Trabajar, etc. Es posiblemente el espectáculo mas deprimente al que se puede enfrentar una persona buscando empleo por Internet hoy en día, productos anticuados, hijos de otro tiempo que aun no se supieron o pudieron reintentar, pero ¿Para que? El mercado aún les da la razón. Es donde a fecha de hoy más anuncios de empleo puedes encontrar, con sus cientos de candidatos inscritos y una falta absoluta de interacción: tu aplicas y después le pides a tu abuela que te ponga una vela en la iglesia a ver si con su suerte te llaman, o como mínimo que el pobre reclutador de turno sepultado bajo cientos y cientos de candidatos variopintos y muchos inservibles tenga tiempo al menos de descartar tu candidatura para que tu tengas un mínimo y triste feedback del proceso.
  2. En un segundo nivel las redes sociales en plena pujanza luchando por abrir una nueva vía de comunicación bidireccional empresa-candidato mas directa. LinkedIn, Facebook, Xing, Twitter y todos sus add-ons mayoritariamente se pueden encuadrar aquí. Esta realidad como decía aun lejana de la cotidianidad española es la tendencia que los candidatos y empresas van adoptando poco a poco, empujando entre todos por conseguir una mejor puntería del reclutador a la hora de hacer el match candidato-organización por un lado y de capacidad de una mejor comunicación del perfil por parte del candidato.
  3. Por ultimo un tercer nivel de portales de fuente de talento, con una forma novedosa de ofrecer y encontrar personas, tanto a la hora de mostrarse el candidato (tendiendo mas a la demostración de competencias que a la experiencia o formación) como a la hora de buscar las organizaciones (haciendo mas hincapié en el employer branding que en la posición en particular). Es una buena opción que aun esta muy verde y habrá que ver como evoluciona, si los candidatos y empresas les dan una oportunidad. Aquí podemos encontrar portales como Talentous, Mycvbook, Job and talent o Be Known, inicitiava de Monster por diferenciarse y desmarcarse del anquilosado panorama, buceando en un nicho de mercado que les puede posicionar por delante del resto.

Por tanto, triste panorama que veo a fecha de hoy. El pensamiento positivo que puedo extraer es que aún hay mucho camino por recorrer y hay cada vez mas personas interesadas en aprender, avanzar y ahondar en esta nueva realidad que ya tenemos aquí. Con paciencia, esfuerzo y tiempo de las partes implicadas conseguiremos cambiar este aspecto como muchos otros en este nuevo paradigma en el que vivimos.

¡Renovarse o morir!

#truMadrid: La (des)conferencia sobre reclutamiento

Entrada del edificio de Madrid Lab donde se celebro el evento

Me decía hace poco un gran profesional del entorno 2.0 y los eventos con el que estoy teniendo el gusto de colaborar en un proyecto, que en Madrid en los últimos tiempos están proliferando los mismos en torno a esta apasionante nueva realidad a la que nos estamos abriendo poco a poco, que cada día hay mínimo uno o dos de ellos en la ciudad.

Eso y que en Madrid nos congregamos del orden del 60% de los twitteros de España (siendo Twitter la tercera red social del país), me da la medida de que pese a la situación en la que vivimos con economías y bancos transatlánticos que se hunden, de un modelo de profesionales y de gestión en decadencia (con los políticos a la cabeza), algo, por pequeño que sea, se mueve, empujado, soplado o animado por un pequeño grupo de creyentes (cada vez mayor) que apostamos porque otra realidad profesional es posible, y aún mas, esta viniendo para quedarse.Y es en ese ambiente de proliferación de actividades, eventos variopintos y reuniones descorbatadas en torno a este 2.0 que se celebró y tuve oportunidad de acudir a #truMadrid.

#truMadrid es una serie de eventos celebrados por toda Europa por Bill Boorman, hombre multidiscplinar en actividades tales como conferenciante, reclutador, bloguero y twittero. Entre las experiencias compartidas por el propio Bill, nos contó como había gestionado el reclutamiento del Hard Rock Café de Florencia usando Facebook como herramienta para reclutar y atraer, consiguiendo organizar a través de este medio 600 entrevistas en 3 días, «con mucho cafe y tabaco» para ello.

En pleno «track»

Según Bill, esta nueva realidad podría estar en 3 años entre nosotros, con el uso de redes sociales no solo como único medio para reclutar sino para gestionar el talento ya in company. Para el, Facebook podría considerarse el principal canal de reclutamiento siendo algo así como un «c.v. vital» (de lo que se podría deducir que como se dice cada vez mas, el c.v. en papel estaría viviendo sus ultimas horas). Siguiendo en esta línea, «Twitter es el primer nivel de contacto con relaciones rápidas, seguido de LinkedIn donde puedes entrar a profundizar a nivel profesional y Facebook como tercer nivel mas profundo en cuanto a relación personal se refiere».

Con un formato tan particular como el aspecto del propio Bill, la conferencia consistió en dos días de charlas muy abiertas oscilando entre el inglés y el español entre profesionales mayoritariamente de recursos humanos, en las cuales dirigidos orientados por un moderador se iban tratando diversos temas, todos ellos relacionados con el reclutamiento, con las redes sociales, y en general con toda esta nueva realidad que como comentaba antes está llegando a nosotros. No power points (a Dios gracias) y no dress code eran algunas de las innovadoras normas de las charlas, para convertirlas así en des-conferencias.

Con Bill

Cabe destacar el alto nivel profesional de los asistentes y las marcas allí representadas, siendo muchos de ellos «viejos» conocidos para mi ya sea a través de redes sociales como ya en persona, lo que me da que pensar que estamos llevando a cabo una revolución pacifica unos cuantos (cada día más) en este nuevo credo del cambio y que no parece que nos vayamos a rendir fácilmente. Por citar algunos estaban Andrés Ortega, Paco Tamayo (al cual de doy las gracias por la invitación), Pablo Alonso, Ximo Salas, María González, Juan Carlos Barceló, María Bretón, o marcas como TalentousJobbsy o Wiseri.

Eventos como este, con profesionales como estos, me hacen seguir teniendo la llama de la esperanza prendida. No creo que esta realidad esté implantada entre nosotros y aceptada como algo habitual en 3 años, pero si quiero creer y esperar que será antes del final de esta década cuando podamos decir que la travesía del desierto pasó y que el nuevo paradigma, el de la 3º revolución industrial, la del conocimiento y el talento apoyada por la tecnología, estará ya instalado y funcionando con normalidad entre nosotros.

La descapitalización emocional

Hace unos días leí una noticia que me hizo estremecerme con una extraña sensación que oscilaba entre la pena, la indignación y la sonrisa cínica, aquella que de alguna manera dibuja inconscientemente en tu cara algo de lo que, en lo mas profundo de tu ser te alegras, porque ya lo sabías.

Decía que, según una encuesta (de las cuales también es cierto, desconfio todo lo que puedo) el 75% de los trabajadores acuden a su puesto de trabajo con resignación e indiferencia. Sin necesidad de apuntar al 75, al 50 o el 99,99% si creo que en general es un numero lo bastante alto como para que sea destacable.

Por mas que algunos afirmen lo contrario, yo creo que es esencial que las personas que se involucren en un proyecto, sea en el lado personal o profesional de sus vidas, crean realmente en ello. Es decir, que firmen, suscriban un contrato emocional, que es mas fuerte y tiene mas peso que el contrato en papel, independientemente de la figura jurídica que adopte este.

E incluyo el lado personal junto al profesional, porque esto es así en todos los ordenes de la vida. Todos nos atamos, nos afiliamos, nos arrimamos a empresas, organizaciones o grupos en mayor o menor medida conforme a nuestra mochila de ideas, creencias, valores, etc. es decir a lo mas profundo de nuestro yo, por lo que como decía esos lazos están mucho mas enterrados en nuestro ser y por tanto tienen mas fuerza contractual para con nosotros mismos que lo que un contrato en papel basado «simplemente» en la ley laboral o mercantil.

Pensemos simplemente en que todos participamos de una manera mas o menos activa, en afiliaciones tales como la futbolística (¡cuán de profundo es ese contrato!), la política o la religiosa. Pero también nos afiliamos con los amigos que escogemos o con nuestra pareja.

Lo que sucede cuando uno de estos contratos se rompe en el plano emocional pero pervive en el plano papel tiene consecuencias desastrosas. Nuetras tripas se revuelven, enfermamos, ¡nos estamos atacando a nosotros mismos, actuamos de manera distinta a como creemos, en contra de lo mas profundo de nuestro ser! Ponganos un ejemplo sencillo: cuando dejamos de estar enamorados de nuestra pareja (contrato emocional) pero seguimos casados (contrato papel) por motivos económicos o simplemente por cobardía, lo que viene a continuación muchas veces son infidelidades, hastío, aburrimiento, mentiras, dolor.

Pues en el mundo laboral es exactamente lo mismo. Yo firmo emocionalmente con una compañía un contrato porque creo en el proyecto, porque me gusta, porque la organización es muy grande y muy importante, porque me aportará profesionalmente, porque me van a pagar mucho y bien, por el coche de empresa: por una remuneración salarial que acompaña al contrato papel  y también por una remuneración emocional que acompaña en gran medida al contrato emocional. Y para rubricar este enlace nos «casamos»: lo rubricamos en un marco legal, bajo un paraguas que dé protección a ambas partes, en el mundo real, de leyes y reformas laborales.

Lo que sucede cuando descubres (demasiado a menudo, me temo) que la empresa no es tan bonita por dentro como por fuera, porque el edificio pintaba bien pero dentro esta hecho una mierda; que tu jefe, tan simpático y con tanta química contigo en las entrevistas es un autentico capullo; cuando el ambicioso proyecto cargado de responsabilidades y retador para ti, es simplemente una rutina de seguir ordenes, gestionar el e-mail y tener cuidado con la lucha de poder alrededor del director general… ¿os suena?

Poco a poco nuestro contrato emocional se erosiona, el amor se va acabando por las promesas incumplidas, pero desgraciadamente el vil metal, siempre el vil metal pesa y mucho. Las facturas no se pagan con el autoestima, es decir, con el salario emocional. La hipoteca, el fabuloso Audi que te compraste con tu estratosferico paquete salarial, la suscripción premium a Spotify, al Canal +, las letras del fabuloso combo de Sony Bravia + Playstation3

Y entonces lo que vienen son los cuernos, los engaños, la mentira y en fin, el dolor. Es decir, el absentismo, tanto el físico como el presencial, aquel en el que no dejamos de ir a trabajar pero sería mejor si lo hiciéramos, porque lo que por la oficina aparece no es si no el pálido reflejo de lo que un día lejano (o no tan lejano) fuimos. Nos abandonamos a nuestra suerte, dedicandonos a tomar café, leer el periódico en Internet o gastar nuestro maravilloso sueldo ganado con el sudor y sangre, no de nuestra piel que ya no se estira si no de nuestra alma que sufre, en eBay.

Hordas de oficinistas de camino al trabajo

Cuando esta tendencia es generalizada, se produce una descapitalización emocional en la compañía y nuestra compañía pasa a ser una compañía zombi. Ya no tenemos un ejercito de personas con vida propia, luminosos, intra-emprendedores, si no grises y putrefactos seres sin alma, no-muertos, que caminan con la cabeza gacha y sin rumbo por los pasillos. Y esto da lugar a comportamientos en la organización de tipo burocrático, victimista, de currar poco y escurrir mucho el bulto. Porque a ti te engañaron, no es es esto lo que te prometieron. Y si a alguien no le gusta, especialmente a los nuevos, pues que se joda; De manera que esta actitud se transmite como el mas letal de los virus afectando pronto a toda la organización.

Seria muy fácil dejarlo aquí y echar toda la culpa al mediocre jefe o empresa de turno pero no lo haré. Es en este punto donde creo que hay que poner el foco y abrir los ojos, puesto que aquí está la clave: El puesto de trabajo no es vitalicio, no es en propiedad y no es titular. Ese es el punto, que nos han enseñado y nos han dicho, que hemos visto y nos hemos querido creer, que tener un trabajo es como tener una hipoteca: mía, de por vida, que nos hace padecer el mal de Gollum: MI anillo, MI trabajo.

Por lo que amigo, el único culpable de estar como estas eres tú, es de cada uno de nosotros, porque yo y solo yo soy el propietario, el dueño de mi vida. El problema esta en que en la zona de confort se vive muy bien, y por ello lo mejor es quejarme y no hacer nada, ergo hacerme la victima (deporte nacional numero 2 después del fútbol): Yo estoy muy mal pero la nomina calentita al final de mes…

Porque, si ya no estoy enamorado, claro, como voy a afrontarlo y a hablarlo y a tratar de arreglarlo y quizás, si es la solución, ¿a divorciarme? ¿Estás loco? Mejor será seguir poniendo los cuernos a mi señora y eso si, sentirme mal por ello; Y si no me gusta mi trabajo porque lo es lo que no me prometieron, ¿como pensar en buscar otro trabajo o mudarme de ciudad o incluso en emprender el mío propio? ¿¿Estás loco??

Necesitamos mas empresas responsables con las cuales poder firmar mejores contratos emocionales pero como las empresas las hacen las personas que trabajan en ellas, es fácil deducir que lo que mayormente necesitamos son profesionales responsables y enteros, honestos en primer lugar consigo mismos, valientes y maduros, conocedores de sus habilidades, de su talento, y al frente de sus vidas, con capacidad de dar un golpe de timón si necesario.

¿Asi que, porque no vuelves a la vida desde tu estado de zombi y te pones las pilas si tu trabajo (o alguna otra faceta de tu vida) no te gusta?

Te aseguro que cuesta mucho esfuerzo, pero como todas las cosas que cuestan, la recompensa es incalculable: ¡¿ser (un poco más) feliz?!